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Coqueluche 2025: síntomas, contagio, PCR, tratamiento y vacuna

  • Foto del escritor: gonzalo atlagich
    gonzalo atlagich
  • 9 oct
  • 3 Min. de lectura
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La coqueluche es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por Bordetella pertussis, conocida por provocar una tos intensa y prolongada que puede durar semanas o meses. Afecta a todas las edades, pero es especialmente peligrosa en lactantes, quienes tienen mayor riesgo de complicaciones. El diagnóstico oportuno, el tratamiento adecuado y la vacunación son claves para reducir contagios y gravedad.

Qué es Bordetella pertussis (coqueluche)

  • Bacteria que coloniza la vía aérea superior y libera toxinas que irritan y dañan el epitelio respiratorio, generando tos espasmódica.

  • Se caracteriza por fases clínicas, contagiosidad elevada y una tos que puede persistir aun cuando la bacteria ya no está activa.

Cómo se contagia

  • Por gotitas respiratorias al toser, estornudar o hablar a corta distancia.

  • Período de incubación típico: 5–10 días (hasta 21 días).

  • Máxima contagiosidad en las primeras semanas de síntomas.

  • Puede transmitirse en hogares, salas cuna, jardines infantiles, colegios y entornos laborales.

Fases y síntomas típicos

  • Fase catarral (1–2 semanas): síntomas parecidos a un resfrío (mocos, estornudos, fiebre baja, tos leve). Alta contagiosidad.

  • Fase paroxística (2–6 semanas o más): accesos de tos intensa y repetitiva, a veces seguidos de un estridor inspiratorio característico, vómitos post-tos y fatiga marcada. En lactantes, pueden aparecer pausas respiratorias (apneas) sin tos evidente.

  • Fase de convalecencia (semanas a meses): la tos disminuye de forma gradual, pero puede reactivarse con otros resfríos.

  • Signos de alarma: dificultad respiratoria, cianosis (labios morados), apneas, deshidratación, fiebre alta persistente, letargo o convulsiones.

Quiénes tienen mayor riesgo

  • Lactantes menores de 6 meses y especialmente menores de 3 meses.

  • Embarazadas (por riesgo para el recién nacido) y personas con enfermedades respiratorias o inmunosupresión.

  • Convivientes de lactantes y personal de salud en contacto con niños pequeños.

Cuándo consultar

  • Tos que dura más de 2 semanas o que aparece en accesos intensos con vómitos o estridor inspiratorio.

  • Lactantes con tos mínima pero episodios de apnea, coloración azulada o alimentación dificultosa.

  • Contacto cercano con un caso confirmado o sospechoso de coqueluche.

Cómo se diagnostica

  • PCR nasofaríngea (hisopado profundo o aspirado) durante las primeras 3 semanas de tos (idealmente antes de iniciar antibióticos).

  • Serología puede ser útil en fases tardías en personas no vacunadas recientes, según criterios locales.

  • El diagnóstico es clínico-epidemiológico y de laboratorio: no todas las pruebas son positivas en etapas tardías, por lo que la sospecha clínica y el contexto de contacto son fundamentales.

Tratamiento

  • Antibióticos (macrólidos, como azitromicina o claritromicina) acortan la fase contagiosa y, si se inician temprano, pueden disminuir la gravedad. En alergias específicas pueden usarse alternativas según guías.

  • El tratamiento es prioritario en lactantes, embarazadas y contactos de alto riesgo.

  • Manejo de síntomas: hidratación, fraccionar tomas en lactantes, evitar irritantes (humo), reposo relativo y monitoreo de signos de apnea o dificultad respiratoria.

  • Hospitalización en lactantes o casos complicados para soporte respiratorio, control de apneas y vigilancia.

Manejo de contactos

  • Profilaxis antibiótica a contactos cercanos de alto riesgo (lactantes, embarazadas, hogares con recién nacidos, personal de salas cuna), según normas locales.

  • Aislamiento respiratorio del caso durante al menos 5 días desde el inicio de antibióticos, o 21 días desde el inicio de la tos si no recibe tratamiento.

  • Educación sobre higiene respiratoria y monitoreo de síntomas en el entorno.

Prevención: vacunación y medidas generales

  • Vacunación infantil (esquema DTP/dPaT) según calendario nacional, con refuerzos en edad escolar.

  • Refuerzos en adolescentes y adultos pueden recomendarse según país y exposición laboral o domiciliaria (p. ej., convivientes de lactantes y personal de salud).

  • Medidas generales: ventilación, higiene de manos, etiqueta respiratoria y evitar contacto cercano con lactantes si hay tos persistente.

Cuidados en casa

  • Mantener una buena hidratación y ofrecer comidas pequeñas y frecuentes; en lactantes, fraccionar tomas y vigilar signos de fatiga o dificultad para alimentarse.

  • Ambiente libre de humo y con aire ventilado; usar humidificación si ayuda a tolerar la tos.

  • Evitar antitusígenos no indicados por profesionales, y no usar antibióticos sin receta.

Señales de alarma (acudir a urgencias)

  • Apneas, dificultad respiratoria, coloración azulada de labios o piel, fiebre alta persistente, vómitos repetidos con signos de deshidratación, convulsiones o somnolencia extrema.

  • Lactantes con tos mínima pero pausas respiratorias o dificultad para alimentarse.

Preguntas frecuentes

  • ¿Cuánto dura la coqueluche? La tos puede durar de 6 a 10 semanas o más (tos de los “100 días”); el tratamiento acorta la contagiosidad, pero no siempre elimina la tos rápidamente.

  • ¿La vacuna evita todos los casos? No al 100%, pero reduce el riesgo de enfermar y, si ocurre, tiende a ser más leve y con menos complicaciones.

  • ¿Se puede repetir la infección? Sí. La inmunidad natural y la de la vacuna disminuyen con el tiempo; por eso los refuerzos son importantes.

  • ¿Cuándo deja de contagiar? Generalmente tras 5 días de antibióticos adecuados. Sin tratamiento, puede contagiar hasta 3 semanas desde el inicio de la tos (y más en lactantes).

 
 
 

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